La hipertensión arterial, también conocida como presión arterial alta, es una de las enfermedades más comunes y peligrosas en el mundo. Lo más alarmante es que muchas personas la padecen sin saberlo, ya que en sus primeras fases no presenta síntomas evidentes. Por eso se le llama “la enemiga silenciosa”. Detectarla a tiempo puede salvar tu vida.
¿Qué es la hipertensión arterial?
La presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Cuando esta presión se mantiene constantemente alta, el corazón y los vasos sanguíneos se ven sometidos a un esfuerzo excesivo. Esta condición aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas, problemas en los vasos sanguíneos cerebrales, daño renal, entre otros problemas graves.
Se considera hipertensión cuando los valores superan los 140/90 mmHg en múltiples mediciones.
¿Por qué es tan peligrosa?
La hipertensión no duele, no molesta, y puede pasar desapercibida durante años, mientras va afectando órganos vitales como el corazón, los riñones, el cerebro o los ojos.
Muchas personas descubren que son hipertensas solo después de haber sufrido una complicación grave, como un infarto o un ataque cerebrovascular. Por eso es fundamental realizar chequeos médicos regulares, una evaluación clínica adecuada y en caso de requerirlo iniciar una terapia apropiada para cada persona.
En NeuroCardio Team, realizamos valoraciones integrales de presión arterial y riesgo cardiovascular, donde analizamos tu salud en conjunto y te acompañamos con planes personalizados. Conoce más sobre nuestras consultas de medicina preventiva.
Síntomas de alerta (aunque no siempre aparecen)
Aunque en la mayoría de los casos no hay síntomas, algunas personas con hipertensión pueden experimentar:
- Dolor de cabeza
- Mareos o visión borrosa
- Palpitaciones
- Sensación de fatiga o dificultad para respirar
Estos síntomas pueden confundirse con otros problemas de salud. Por eso, medirse la presión regularmente es la forma más segura de detectar la hipertensión a tiempo.
Según la Organización Mundial de la Salud, más del 46% de los adultos hipertensos no saben que tienen la enfermedad.
Factores de riesgo: ¿Quiénes deben estar más alerta?
Cualquier persona puede desarrollar hipertensión, pero el riesgo es mayor si tienes uno o más de los siguientes factores:
- Antecedentes familiares de hipertensión.
- Sobrepeso u obesidad
- Consumo excesivo de sal
- Inactividad física
- Consumo de alcohol o tabaco
- Estrés crónico
- Diabetes o colesterol elevado
- Edad avanzada
Si perteneces a un grupo de riesgo, lo ideal es realizar un chequeo preventivo al menos una vez al año, incluso si te sientes bien. Una detección temprana permite tomar medidas sencillas para controlar la presión antes de que cause daños.
¿Cómo medir tu presión correctamente?
Puedes hacerlo en un centro médico o en casa con un tensiómetro automático (debes buscar los que se encuentren validados internacionalmente), pero es clave seguir estas recomendaciones:
- Estar en reposo al menos 5 minutos antes de tomar la presión.
- Permanecer en silencio mientras se está realizando la medición de la presión arterial
- No cruzar las piernas
- Tener la vejiga vacía
- Sentarte con la espalda recta y ambos pies apoyados en el suelo.
- Evitar cafeína, cigarrillos y ejercicio al menos 30 minutos antes.
- Ubicar el brazalete del tensiómetro a la altura del corazón (sin manga)
Registra los valores y compártelos con un profesional si detectas niveles superiores a 130/80 mmHg con frecuencia.
¿Se puede prevenir o revertir?
En muchos casos, sí. La presión arterial se puede reducir o mantener en niveles saludables con cambios en el estilo de vida:
- Reducir la sal: intenta no consumir más de 5 g al día (1.5 a 2 gr al día de sodio)
- Hacer ejercicio regularmente: caminar 30 minutos al día es un buen comienzo.
- Evitar el alcohol y el cigarrillo.
- Comer frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
- Controlar el estrés con técnicas de relajación o apoyo emocional.
Si tienes diagnóstico de hipertensión, vas a requerir medicamentos antihipertensivos que deben tomarse de forma continua y supervisada.
La importancia del seguimiento médico
La hipertensión es una enfermedad crónica, pero tratable. Con un seguimiento adecuado y un tratamiento apropiado, las personas hipertensas pueden llevar una vida larga y saludable, sin son constantes con el tratamiento.
No debes guiarte por la presencia o ausencia de síntomas
Lo más importante es controlar tu presión, mantener hábitos saludables y asistir a controles periódicos. Esa es la mejor forma de proteger tu corazón, tu cerebro y tus riñones.
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Conclusión
La hipertensión es silenciosa, pero sus consecuencias pueden ser devastadoras si no se detecta a tiempo. No esperes a sentirte mal para actuar. Revisar tu presión regularmente y llevar un estilo de vida saludable puede marcar la diferencia entre prevenir una enfermedad o enfrentar una emergencia.
Si tienes dudas, antecedentes familiares o síntomas sospechosos, agenda tu consulta médica y toma el control de tu salud cardiovascular hoy mismo.