¿Por qué a partir de los 50?

A los 50 años, el cuerpo comienza a mostrar cambios naturales relacionados con el envejecimiento. Algunos son visibles, pero otros ocurren silenciosamente, especialmente en órganos vitales como el cerebro y el corazón.

Aunque te sientas bien, muchas enfermedades neurológicas y cardiovasculares no presentan síntomas en sus primeras etapas, por lo que los chequeos regulares pueden marcar la diferencia entre prevenir o lamentar.

¿Qué chequeos cardiológicos deberías hacerte cada año?

1. Electrocardiograma (ECG)

Permite detectar arritmias, bloqueos o signos de sobrecarga en el corazón. Ideal como examen de rutina, especialmente si hay antecedentes familiares o factores de riesgo como hipertensión o diabetes.

2. Ecocardiograma

Una ecografía del corazón que evalúa cómo laten las cavidades, el funcionamiento de las válvulas y la fuerza de bombeo. Útil para detectar problemas valvulares o de insuficiencia cardíaca incipiente.

3. Perfil lipídico

Este examen mide los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre. Controlar el colesterol es clave para evitar infartos de miocardio y ACV.

4. Presión arterial

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo de infarto y derrame cerebral, y muchas veces no da síntomas. Medir la presión regularmente es fundamental.

5. Prueba de esfuerzo o ergometría

Evalúa cómo responde el corazón ante el ejercicio. Es recomendable si hay historial de dolor torácico, fatiga al esfuerzo o antecedentes familiares de enfermedad coronaria.

 

¿Y qué chequeos neurológicos se recomiendan?

1. Valoración neurológica completa

Un examen físico neurológico evalúa funciones como el equilibrio, la fuerza, la memoria y la coordinación. Es ideal para detectar signos tempranos de deterioro cognitivo o neuropatías.

2. Evaluación del riesgo de ACV

Si tienes presión alta, colesterol elevado, fibrilación auricular o antecedentes familiares, es importante hacer una valoración neurológica y vascular periódica. El ACV isquémico puede prevenirse si se detectan los factores de riesgo a tiempo.

3. Resonancia magnética cerebral (en casos seleccionados)

No siempre es rutinaria, pero se recomienda si hay síntomas como vértigo, cefaleas persistentes, alteraciones visuales o auditivas, o antecedentes familiares de enfermedades neurodegenerativas.

¿Qué otros exámenes generales refuerzan tu salud cerebral y cardíaca?

  • Glucosa en sangre en ayunas: para descartar o monitorear diabetes.
  • Índice de masa corporal (IMC): la obesidad es un factor de riesgo para enfermedades del corazón y del cerebro.
  • Exámenes de función tiroidea: una tiroides disfuncional puede alterar el ritmo cardíaco y afectar funciones cognitivas.

Factores que aumentan el riesgo después de los 50

No todos los pacientes tienen los mismos riesgos. Algunos factores aumentan la necesidad de un control más riguroso:

  • Hipertensión arterial o diabetes
  • Colesterol elevado
  • Historia familiar de infartos o ACV
  • Sedentarismo
  • Fumar o haber fumado
  • Altos niveles de estrés
  • Fibrilación auricular

 En estos casos, los chequeos no solo deben ser anuales, sino también más específicos.

 

¿Y si no tengo síntomas?

Precisamente ahí está el valor de la prevención.
Muchas enfermedades cardiovasculares y neurológicas son silenciosas al inicio. Tener resultados normales en tus chequeos es la mejor garantía de tranquilidad.

Y si algo se detecta a tiempo, se puede tratar antes de que aparezcan las complicaciones.

Conclusión

Cumplir 50 no significa detenerse. Significa tomar decisiones más inteligentes sobre tu salud. Invertir una vez al año en chequeos médicos puede ayudarte a mantenerte activo, lúcido, fuerte y con calidad de vida por muchos años más.

En NeuroCardio Team te ofrecemos una valoración integral para que tu corazón y tu cerebro estén alineados con tus planes de vida.
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